Pues ahora nos toca visitar los dominios del Señor de los Anillos, que no es otro que Saturno, posiblemente el planeta más fotogénico de todo el Sistema Solar, gracias a un sistema de anillos realmente mejestuoso.
Este planeta es el sexto en distancia al Sol, al que orbita a una distancia media de unos 1400 millones de kilómetros (casi 10 veces más lejos que la Tierra). Tarda en trazar una órbita alrededor del Sol unos 29 años y medio, y su día dura casi 10 horas y cuarto... Asimismo, al estar más cerca del Sol que Neptuno y Urano, su temperatura media es más 'templadita'... unos 143 K (-130 ºC). Bueno, en realidad esta temperatura más 'cálida' no es debida en exclusiva a su mayor cercanía al Sol, sino a que, al ser tan grandote y tener tantísimo gas, se producen corrientes de convección que hacen que el planeta envíe al espacio más energía de la que recibe del Sol.
Tiene 62 lunas (¡toma ya!) y la mayor de ellas, Titán, es el único satélite del Sistema Solar con atmósfera. Las lunas conocidas antes de que Saturno fuera visitado por las sondas espaciales son, aparte de Titán, Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Japeto, Hiperión, y Febe. Posteriormente, tanto las sondas Voyager como la Cassini han descubierto unas docenas más, aumentando el séquito que acompaña a este gigante gaseoso alrededor del Sol; aunque, probablemente, existan más lunas que aún no se han descubierto.
Ya va siendo hora de que nos concentremos en la característica más llamativa de este planeta, los anillos.
Los anillos están formados por miles de millones de pequeños fragmentos de hielo (la mayoría), polvo y rocas, así como unas pequeñas lunas llamadas Lunas Pastoras, o Sheperd Moons en inglés (Enya usó este término para bautizar uno de sus discos) que le dan estabilidad gravitatoria al sistema de anillos. Estas lunas tienen sus órbitas en el interior de los anillos.
Pero, ¿cómo se formaron los anillos? Existe una magnitud llamada el límite de Roche, que predice que cualquier luna que se acerque a una distancia determinada del planeta al que orbita (que dependerá de la fuerza de la gravedad del planeta y de la densidad de la luna), se verá sometida a tales tensiones producidas por la gravedad del planeta, que se fragmentará. El tiempo y el choque con otros fragmentos hará que estos se vayan disgregando más. Aunque hermosos, los anillos son un fenómeno temporal en los planetas... con el tiempo, la gravedad hará que vayan cayendo al planeta, dejándolo sin su magnífico adorno.
Este planeta es el sexto en distancia al Sol, al que orbita a una distancia media de unos 1400 millones de kilómetros (casi 10 veces más lejos que la Tierra). Tarda en trazar una órbita alrededor del Sol unos 29 años y medio, y su día dura casi 10 horas y cuarto... Asimismo, al estar más cerca del Sol que Neptuno y Urano, su temperatura media es más 'templadita'... unos 143 K (-130 ºC). Bueno, en realidad esta temperatura más 'cálida' no es debida en exclusiva a su mayor cercanía al Sol, sino a que, al ser tan grandote y tener tantísimo gas, se producen corrientes de convección que hacen que el planeta envíe al espacio más energía de la que recibe del Sol.
Comparativa de tamaños entre Saturno y nuestro planeta... es grandote Saturno, eh?
Otra comparativa, esta vez con Saturno en tamaño completo... sin comentarios
Una de las características más destacables de Saturno es que no es completamente esférico, está apreciablemente achatado en los polos... De hecho, el diámetro en el ecuador del planeta es de unos 120000 kilómetros, mientras que en sus meridianos es de sólo 108000 kilómetros (es el segundo planeta del Sistema Solar en tamaño). Otra de sus características (esta es menos obvia) es que tiene una densidad muy baja, inferior a la del agua. Esto significa que si encontráramos un océano lo suficientemente grande, Saturno flotaría!!
Tiene 62 lunas (¡toma ya!) y la mayor de ellas, Titán, es el único satélite del Sistema Solar con atmósfera. Las lunas conocidas antes de que Saturno fuera visitado por las sondas espaciales son, aparte de Titán, Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Japeto, Hiperión, y Febe. Posteriormente, tanto las sondas Voyager como la Cassini han descubierto unas docenas más, aumentando el séquito que acompaña a este gigante gaseoso alrededor del Sol; aunque, probablemente, existan más lunas que aún no se han descubierto.
Ya va siendo hora de que nos concentremos en la característica más llamativa de este planeta, los anillos.
Mostrando sus anillos en todo su esplendor
Los anillos están formados por miles de millones de pequeños fragmentos de hielo (la mayoría), polvo y rocas, así como unas pequeñas lunas llamadas Lunas Pastoras, o Sheperd Moons en inglés (Enya usó este término para bautizar uno de sus discos) que le dan estabilidad gravitatoria al sistema de anillos. Estas lunas tienen sus órbitas en el interior de los anillos.
Pero, ¿cómo se formaron los anillos? Existe una magnitud llamada el límite de Roche, que predice que cualquier luna que se acerque a una distancia determinada del planeta al que orbita (que dependerá de la fuerza de la gravedad del planeta y de la densidad de la luna), se verá sometida a tales tensiones producidas por la gravedad del planeta, que se fragmentará. El tiempo y el choque con otros fragmentos hará que estos se vayan disgregando más. Aunque hermosos, los anillos son un fenómeno temporal en los planetas... con el tiempo, la gravedad hará que vayan cayendo al planeta, dejándolo sin su magnífico adorno.
Saturno y una de sus lunas, Rea, vistas por la sonda Cassini
Detalle de los anillos
Visto desde arriba por la sonda Cassini
Encélado, una de sus lunas, con unos géiseres impresionantes
Cómo no, ahora toca el momento musical... 'Saturno, el portador de la vejez' de Gustav Holst.
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