Pero podemos tener que concentrarnos en el octavo satélite… Japeto
2001, una odisea en el espacio. Arthur C. Clarke.
Quienes hayan leído esta más que recomendable obra de la ciencia ficción, es posible que recuerden esta frase, que forma parte de la resolución del misterio del monolito. No comentaré más acerca de ello para no estropear el libro; les recomiendo que lo lean a quienes no lo hayan hecho.
Descubierta el 25 de octubre de 1761 por el astrónomo italiano Giovanni Cassini, Japeto o Jápeto es una de las lunas más intrigantes de nuestro Sistema Solar. Pronto mostró su naturaleza esquiva y desconcertante, ya que esta luna le aparecía y desaparecía en periodos de 40 días, dependiendo de en qué parte de su órbita se encontrara. Cassini conjeturó acertadamente que debía tener hemisferios de colores muy diferentes, uno claro y otro oscuro.
Originalmente se bautizó a esta luna con el nombre de Saturno VIII, hasta que a mediados del siglo XIX John Herschel (hijo de William Herschel, descubridor de Urano y las lunas de Saturno Mimas y Encélado) la bautizó con el nombre de Japeto.
2001, una odisea en el espacio. Arthur C. Clarke.
Quienes hayan leído esta más que recomendable obra de la ciencia ficción, es posible que recuerden esta frase, que forma parte de la resolución del misterio del monolito. No comentaré más acerca de ello para no estropear el libro; les recomiendo que lo lean a quienes no lo hayan hecho.
Descubierta el 25 de octubre de 1761 por el astrónomo italiano Giovanni Cassini, Japeto o Jápeto es una de las lunas más intrigantes de nuestro Sistema Solar. Pronto mostró su naturaleza esquiva y desconcertante, ya que esta luna le aparecía y desaparecía en periodos de 40 días, dependiendo de en qué parte de su órbita se encontrara. Cassini conjeturó acertadamente que debía tener hemisferios de colores muy diferentes, uno claro y otro oscuro.
Es evidente el cambio de coloración en los hemisferios de Japeto: el hemisferio más claro es 10 veces más brillante que el oscuro. Foto de la sonda Cassini
Originalmente se bautizó a esta luna con el nombre de Saturno VIII, hasta que a mediados del siglo XIX John Herschel (hijo de William Herschel, descubridor de Urano y las lunas de Saturno Mimas y Encélado) la bautizó con el nombre de Japeto.