En
la constelación boreal de Cefeo, a una distancia de unos 3 Gigapársecs
(12000 millones de años-luz), se encuentra uno de los objetos más
exóticos y terribles que existen en el universo: un blázar.
Se trata de un caso particular de quásar, esto es, un núcleo de galaxia activo asociado a un agujero negro supermasivo. En el caso de los blázares, su particularidad reside en el hecho de que su haz de energía se encuentra apuntando directamente a nosotros (no hay peligro ya que se encuentran muy, muy lejos). Esto conlleva grandes y violentas variaciones de brillo en muy poco tiempo, hasta de un 50% en un día.
Se trata de un caso particular de quásar, esto es, un núcleo de galaxia activo asociado a un agujero negro supermasivo. En el caso de los blázares, su particularidad reside en el hecho de que su haz de energía se encuentra apuntando directamente a nosotros (no hay peligro ya que se encuentran muy, muy lejos). Esto conlleva grandes y violentas variaciones de brillo en muy poco tiempo, hasta de un 50% en un día.
Recreación
artística de un agujero negro supermasivo con una masa que multiplica
la de nuestro Sol en muchos millones (incluso miles de millones). La
materia acelera en el disco de acreción mientras cae al pozo
gravitatorio creado por el agujero negro. Debido a la alta velocidad de
rotación del mismo, se generan unos poderosos haces de energía (principalmente de Rayos X y Gamma) que parten a velocidades relativistas desde
eje de rotación, en perpendicular al disco de acreción. Fuente: